Roberto
Baschetti

Strada, Aldo

Llegó a Rosario en el año 1973 desde San Justo (Santa Fe) y militó en el Peronismo de Base (PB). Vinculado desde temprano a la lucha sindical trabajó en Estexa y en Acindar. En la siderúrgica de Villa Constitución fue delegado, integró la comisión gremial interna y la comisión directiva de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de esa ciudad. En las elecciones de 1989 fue candidato a vicegobernador de la provincia acompañando al “Gringo” Lisandro Viale en la fórmula del Frente Amplio de Liberación. Llegó a la legislatura provincial como diputado del ARI en 2003, cuando esta coalición apuntaba a ser en el campo progresista lo que luego no fue. Leal a su origen, Aldo, desde la comisión de seguimiento de los conflictos del cordón industrial, intervino en intensos entreveros entre obreros y patronales, tomando siempre partido por los primeros. Solía aseverar que “a la hora de la discusión por la distribución del ingreso, el Estado no puede ser solo mediador”. Al finalizar su tarea como diputado volvió a la actividad sindical y poco después pasó a formar parte de la Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA) liderada por Hugo Yasky, lo que también lo acercó al kirchnerismo. A la edad de 61 años un infarto acabó con su vida: ocurrió el 17 de enero de 2017. Su hija, Julia Strada, es una renombrada periodista, doctora en Desarrollo Económico y Magister en Economía Política que tenía su propio espacio de análisis en el canal de cable C5N y que actualmente (2020) es integrante del directorio del Banco Provincia. Más datos sobre Aldo, pueden recabarse si se tiene acceso a la entrevista que, en julio de 2014, le hizo la becaria del CONICET, Belén Zapata. Así podemos saber que, Strada nació en 1955 en la llanura pampeana del norte santafecino (Videla San Justo) y que es descendiente de inmigrantes italianos de Milán. Que hizo su primaria y secundaria en la ciudad santafesina de San Justo, siendo siempre el mejor promedio de su clase. Luego se fue a Rosario para estudiar para ingeniero agrónomo, pero en el medio apareció el peronismo, el Peronismo de Base para ser más exacto y se sumó al frente estudiantil del mismo en esa ciudad portuaria. El golpe cívico-militar del ’76 lo encontró proletarizado. Primero en una fábrica textil (Extesa) y luego en Heladeras Fader; ambos establecimientos fabriles instalados en el mismo Rosario. De la fábrica de heladeras fue despedido cuando 350 trabajadores bajaron ostensiblemente el ritmo de producción para ser escuchados por la patronal en plena dictadura, para que les subieran los sueldos. Como era jovencito y no tenía antigüedad fue echado. El 16 de agosto de 1979 entra a trabajar en ACINDAR, metalúrgica del riñón del poder económico si se recuerda que el presidente del directorio era el ministro de Economía de la dictadura, Martínez de Hoz. Hay que recordar que los mismos trabajadores, en tiempos mejores, impusieron su voluntad de que la placa que recordaba la inauguración de la fábrica en 1978 con la presencia del genocida general Videla fuera sacada definitivamente. Aldo Strada, joven y con otros compañeros recientemente ingresados como él, se ponen al frente de los reclamos en “sotto voce”, sin que la patronal sepa muy bien quien dirige las protestas. Las luchas van en aumento, a punto tal, que el mismo 10 de diciembre de 1983, cuando asume el presidente Alfonsín, ellos recuperan el sindicato definitivamente. Y ya en 1986 es parte de la comisión interna de la fábrica y se preocupa con sus compañeros de clase en desarmar una a una, todas las ordenanzas y directivas que habían ido en contra de ellos desde el ’76 en adelante. Como bien dice en la entrevista: “Por eso yo digo, cómo estaba tan metido eso de que estos tipos no podían aceptar que venga alguien a decir algo. Se había armado una estructura tan militarizada, que los tipos decían ‘¿vos me vas a dar una orden?’. Porque en realidad, en el fondo siempre lo que hay adentro de esa empresa no es una disputa económica, no es una disputa por las condiciones de trabajo, es una disputa de poder. Es permanente eso, es siempre quién manda. Va un delegado y dice no, ese trabajo no se hace o se hace de esa manera. ‘¿Y quién sos vos para decir, si el que organiza el trabajo soy yo, si el dueño de la fábrica soy yo?’, te dicen. Entonces en el fondo siempre es una disputa de poder, es permanente eso”.