Nació en 1943. Abogado laboralista. Comenzó su militancia como estudiante secundario en el Colegio Nacional de Rosario y luego en la Facultad, siempre en las filas del peronismo. Militó en la CGT de los Argentinos junto a compañeros de la talla del “Negro” Mario Aguirre, el “Tordo” Eduardo Zanella y Héctor Quagliaro. En los ’60, fue militante y dirigente del Movimiento Revolucionario Peronista (MRP). Cuenta Berta Temporelli en su libro “Una Piba Peronista” que el 20 de junio de 1967 era la primera vez que el dictador Juan Carlos Onganía asistía al acto del Día de la Bandera en Rosario. “El cartel suspendido por globos celestes y blancos era llevado por el viento. Las cámaras de televisión comenzaron a seguirlo creyendo que era parte de los festejos, de tal manera, que al pasar frente al palco oficial pudo leerse la leyenda “ONGANÍA LACAYO YANQUI, M.R.P.”. Instantáneamente dejaron de enfocarlo, pero todo el país lo había visto. El globero era César Tabares. Lorenzo Bensi y Jorge Mucino lo acompañaron a inflar los globos. Al cartel enrollado lo llevó el ‘Negro’ Dunda debajo del sobretodo, elegido por su altura”. En 1973 con el gobierno del Dr. Héctor J. Cámpora, César Raúl, fue asesor del Ministerio de Gobierno provincial y la solución de un serio conflicto carcelario en la ciudad de Rosario, debido a su experiencia y sabiduría lo catapultó a ser elegido Director Provincial General de Institutos Penales. Estando en el ejercicio de ese cargo recibió en la cárcel de Coronda a los presos del “Villazo”, obra de la acción represiva de la derecha peronista y la Triple A en Villa Constitución, provincia de Santa Fe. Fue un golpe duro para él. Sus compañeros de militancia comenzaban a caer presos, a ser perseguidos y reprimidos. Su abrazo en esas circunstancias con Victorio Paulón (delegado de los presos políticos) no hizo más que aumentar su desosiego. En 1975 empezó a recibir amenazas de la Triple A: ahora iban por él. Al no tener apoyo político del gobierno provincial derechizado se aleja de su cargo el 6 de agosto de ese año y vuelve al ejercicio de su profesión de abogado, además de ser docente de Historia en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Fue secuestrado-desaparecido el 6 de enero de 1977 en esa ciudad por un grupo de tareas represivo que respondía al verdugo Feced. Su hijo Federico, en 2010, para un nuevo aniversario del golpe cívico-militar del ’76, recuerda a su padre César y habla de su hijo Francisco. “Francisco está aprendiendo la historia reciente de su familia y la de su país en un momento que yo nunca creí vivir. Porque ya no sólo son nuestras palabras, que se suman a la larga lucha de quienes han sostenido la memoria por muchos años; está, además, la voluntad política del Estado de poner claro sobre oscuro y juzgar a los responsables del genocidio más grande de nuestra Argentina del siglo XX. Más voces como la mía, más Franciscos que sepan, más gente que entienda y comprenda, para que nunca más tengamos que vivir –hijos, madres, padres; esposas, esposos- la ausencia, para que nunca más vacíen de conciencia al Pueblo y así logren vaciar nuestra Nación”. Otra noticia auspiciosa y gratificante -conocida en abril de 2017- es que la provincia de Santa Fe será querellante –por primera vez- en una causa de lesa humanidad que investiga el secuestro y desaparición de uno de los cuadros más lúcidos del peronismo santafesino y del movimiento obrero: el abogado laboralista César Tabares. “Es una decisión política” del gobernador Miguel Lifschitz –dijo el ministro de Justicia y Derechos Humanos Ricardo Silberstein- que ratifica el compromiso de Santa Fe con la búsqueda de “Memoria, Verdad y Justicia” y “marca otra diferencia” con el gobierno de Mauricio Macri, que ha desactivado querellas emblemáticas y sostiene a negacionistas del terrorismo de Estado. El 24 de marzo de 2024, nuevo aniversario del golpe cívico-militar que enlutó a nuestra patria y Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, el Club Atlético Newell’s Old Boys de Rosario reivindicó a César Raúl Tabares como socio e hincha del club y le rindió homenaje en tal sentido bajo el título de “En Newell’s no olvidan”.