Nació en 9 de Julio, provincia de Buenos Aires, el 4 de marzo de 1905. Y falleció en Buenos Aires el 27 de junio de 1977. Fue un militar argentino que llegó al grado de general de División y alcanzó notoriedad por haber secundado al general Juan José Valle en la sublevación de junio de 1956 contra la Revolución Libertadora, encabezada por los déspotas Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Francisco Rojas. Hijo de Delfín Tanco y Elisa Susemihl, hizo la carrera militar usual en el Colegio Militar y en la Escuela Superior de Guerra, especializándose en movilización de tropas y pertrechos. Participó en la organización territorial de la Gendarmería Nacional Argentina. En 1945 fue jefe de la II División, dependiente del Ministerio de Guerra y director del Liceo Militar “General San Martín” lo que le permitió entrar en contacto con el por entonces ministro Coronel Juan Perón. Luego en 1946 fue nombrado agregado militar en la embajada argentina en México y tres años más tarde fue parte de la organización de la Escuela de Suboficiales “Sargento Cabral”. Ascendido al grado de general de Brigada, en 1950 fue comandante de la III División del Ejército Argentino y en 1954 fue ascendido a general de División y nombrado Director de la Escuela Superior de Guerra. Durante el transcurso del golpe de Estado del 16 de setiembre de 1955 se mantuvo leal al presidente Perón y a la Constitución Argentina. Derrocado aquel, los sectores triunfantes del ejército lo dieron de baja compulsivamente y lo confinaron a un campo de su propiedad, en el partido de General Guido, provincia de Buenos Aires. Lejos de dedicarse a cultivar plantas, participó activamente de las reuniones clandestinas, civiles y militares, para derrocar al gobierno de facto. Acompañó como segundo jefe del “Movimiento de Recuperación Nacional” al antes mencionado general Valle, en la sublevación del 9 de junio de 1956. Tras el fracaso de la misma, el día 14 obtuvo asilo en la embajada de Haití en Buenos Aires. La violencia y soberbia sin límites de los “gorilas” no se detuvo antes esta formalidad y violando la inmunidad diplomática, entraron a la embajada, secuestraron a él y otros asilados, para fusilarlos a todos. La esposa del embajador –ante la ausencia de éste- se interpuso entre los invasores para impedir el atropello, pero fue golpeada y apartada de la escena, tanto un oficial la calificaba de “negra de mierda”. Enterado el embajador (Jean Brierre) de los hechos, logró imponer su autoridad diplomática y de mala gana el gobierno de la “Fusiladora” debió devolver a los asilados. Semanas más tarde, Tanco logró abandonar nuestro país como exiliado político y se asiló en Venezuela. Regresó a la Argentina por 1964, residiendo en Buenos Aires, donde en 1973 recuperó el grado militar. Estuvo casado con Elvira Paz Martín y tuvo tres hijos. La fotografía suya que ilustra el presente registro, apareció en los diarios oficialistas y afines al gobierno cuando fracasó la asonada cívico-militar antes relatada.