“Manolo”. “Tarcho”. Nacido el 26 de diciembre de 1949 en la ciudad de Bahía Blanca. Cursó el secundario en el Colegio Nacional de la zona, donde acumuló un total de 25 amonestaciones y cuatro días de suspensión por algunos problemas de conducta. Quienes lo conocieron en aquella época habla de un pibe “liero” pero sumamente inteligente. Gran conversador, buen lector, amante de la pintura y los deportes podría ser algunas de sus características esenciales en su primera juventud. Pero parece que el tiempo lo volvió solitario y abstraído en sus pensamientos; quizás por la responsabilidad que había asumido políticamente, como veremos más adelante. Fue físico nuclear egresado –Promoción 72- del Instituto Balseiro de Bariloche (provincia de Río Negro), en donde a partir del 23 de marzo del 2012 hay una placa en su memoria. Militante de Juventud Peronista y Montoneros. Secuestrado en Bahía Blanca desde el 21 de julio de 1976 en tanto dormía en la casa de sus tíos maternos y alojado en “La Escuelita”, un campo clandestino de detención de prisioneros políticos regenteado por el Ejército Argentino. Inventan un enfrentamiento armado que salió inclusive en los diarios para justificar su asesinato, ocurrido entre las últimas horas del 4 de septiembre de 1976 y las primeras del día siguiente. Continuando con los reconocimientos a su persona, el 16 de septiembre de 2008, se descubrió una placa recordatoria en la que figura su nombre junto al de los otros 20 ex alumnos del Colegio Nacional de Bahía Blanca, que fueron como Manuel, víctimas de la última dictadura cívico-militar padecida.