Roberto
Baschetti

Tarnopolsky, Sergio

“Jupito”. Nació en 1955. Su tío, Jacques Chonchol había sido ministro de Agricultura del gobierno socialista de Salvador Allende en Chile. Era estudiante de Psicología. Estaba haciendo el servicio militar obligatorio en la Marina de Guerra. Lo habían designado ayudante del “Tigre” Jorge Acosta en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Sergio, militante primero de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros después, no dudó un instante y comenzó a reunir y pasar información sobre las atrocidades que allí se cometían y nombres y apellidos de los verdugos. Le enviaba todos los datos a Rodolfo Walsh -oficial de Inteligencia en Montoneros- quien a través de la Agencia Clandestina de Noticias (ANCLA) los hacía públicos a nivel nacional e internacional. Inclusive, una página afin a la dictadura militar y defensora del genocidio lo acusa a Sergio del intento de volar un patio de formación de cuadros militares (en la jerga; “los verdes”) en la ESMA, el 2 de junio de 1976. (www.periodismodeverdad.com.ar). Su hermano Daniel asevera que eso fue así; y que el intento fue descubierto antes. El 15 de julio de ese mismo año, Sergio, fue torturado y asesinado como el resto de su familia, para escarmiento: Su papá Hugo de 52 años (físico), su mamá Blanca Edelberg de 49 (psico-pedagoga), su hermana Betina de 15 y su esposa Laura del Duca de 21 años. Betina militaba en la UES y Laura en la JUP de Filosofía y Letras. El 14-09-2007 fue colocada una placa en homenaje a los egresados “desaparecidos” del Colegio Nacional 17 “Primera Junta” (Avenida Rivadavia 5161. Caballito). Sergio Tarnopolsky es uno de ellos. Daniel (ya antes citado), hermano de Sergio, único sobreviviente del núcleo familiar, debió exiliarse para sobrevivir y luego en el tiempo, le inició un juicio al Almirante Massera quién debió pagar 200.000 pesos de su bolsillo para evitar que la Justicia rematara su departamento en el año 2004. La víctima donó todo a las “Abuelas de Plaza de Mayo” como un modo de “purificar ese dinero espurio”. A veces cuesta creer que un golpe militar tan sanguinario haya tenido el apoyo de un sector importante de la sociedad argentina. El propio Daniel Tarnopolsky cuenta sobre su papá: “Mi padre, cuando fue el golpe de Estado contra Isabel estaba casi contento, porque en el fondo mi padre también era gorila por más que era de izquierda. Contento porque se acababa el peronismo y esa hecatombe, ese derrumbe total. Se puso contento al ver por televisión que Videla ponía como Ministro de Educación a un civil. Decía que teníamos que aceptar que esa era la realidad y que los militares iban a calmar el desorden que había”.