Roberto
Baschetti

Tolosa, Claudio Esteban

Nacido el 7 de julio de 1956. Era el más joven en la Unidad Básica “Burgos-Escribano” de Los Hornos, localidad periférica a La Plata. Allí llegó desde el Colegio Nacional, desde la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), orgulloso de militar en el Territorio. El “Cuervito” Tolosa, amaba la revolución con su alma candorosa de muchacho puro y ser montonero, estar encuadrado, era su máximo objetivo. Se proletarizó de inmediato y compartía el jornal ganado y todo lo que podía conseguir de su casa con el resto de los compañeros. Tenía una soberbia bicicleta de carrera marca “Peugeot” que quiso vender por ostentosa y terminó entregando a la Organización para que dispusiera de ella como mejor le pareciera. También se caracterizaba por ser un pibe muy culto y llamaba la atención que siendo tan joven supiera tanto de Historia Argentina. Participó en el rescate de los hijos secuestrados del “Viejo” y la “Vieja Alicia”. (Al respecto ver registro de Oscar Ávila). El 20 de diciembre de 1976 entró con el “Gordo Carlos” a una zona de control, saturada de milicos. Ocurrió en la intersección de las calles 35 y 10, en las proximidades del Hospital Español, ciudad de La Plata. Ante la orden de detención, el “Gordo Carlos” es herido y cae. El “Cuervito” intenta tomar distancia de sus perseguidores en una loca carrera en zig-zag al mismo tiempo que grita ¡Vivan los Montoneros… carajo!” como una manera póstuma de dejar su impronta indeleble en los tiempos. Lo matan. Pese a que al día siguiente en el diario salió su nombre y apellido, lo entierran como N.N. en el cementerio platense y sus restos fueron identificados varios años más tarde por los antropólogos forenses, tras comparar datos en función de un archivo secreto que era propiedad de la Ex Dirección de Investigaciones de la Policía Bonaerense (DIPBA). El “Cuervito” era el hermano de María Rosa Ana Tolosa, la madre de los mellizos Reggiardo-Tolosa. Con el tiempo nos enteramos que su padre era un renombrado juez. El Colegio Nacional “Rafael Hernández” de La Plata, en el año 2005, descubrió una placa con su nombre por ser exalumno desaparecido del mismo. Sus hermanos, sobrinos, tíos y primos, escribieron en un obituario de “Página 12” con su foto: “Claudio en su corta vida nos enseñó que frente a las injusticias hay solo dos caminos: uno, el del opresor activo o pasivo, y otro, como integrante de un pueblo despojado y oprimido, el camino de la lucha”.