En realidad: Leonor Barbullo de Tomé. Rosario: Capital del Peronismo. Daniel Tolosa cuenta historias de la resistencia, y efectúa un homenaje a Leonor Tomé, que hizo una capilla ardiente en su casa durante cinco días tras la muerte de Evita, el 26 de julio de 1952. “Leonor sufrió muchas privaciones y apremios. Cuando fue el decreto 4.161 del ’56, que prohibió nombrar a Perón y Evita, el comisario fue a la casa para obligarla a bajar el cuadro que tenía de Evita. Ella se negó y el comisario apuntó a los hijos, amenazó con matarlos. Ella les dijo: ‘Lo voy a sacar de la pared, pero de mí corazón jamás lo van a sacar'”, Habló el nieto de Leonor, que la recordó como una “militante que hacía de abuela”. Recordó anécdotas y las releyó desde su propia vida peronista. Leonor cuidaba el monumento. “Mientras le limpiaba la cara a Evita, ella,le hablaba a los gritos. Yo la miraba con admiración. Ni siquiera soñaba con que llegarían Néstor y Cristina”, levantó aplausos. Esto ocurrió en 2015, cuando la Cátedra Libre “Juan Domingo Perón” de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la Departamental del Partido Justicialista, organizaron un homenaje para recordar a aquellos compañeros que tuvieron activa participación en la Resistencia Peronista. Leonor Tomé entre los homenajeados. Ella era una mujer bajita, pero con una fuerza interior admirable y hoy se la recuerda con una placa en el monumento a Evita en barrio Saladillo.