Jueves 28 de junio de 2018. Escribe Marcelo Molina, ex militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP). “Compañeras y compañeros se ha muerto Iris Torres. La noticia es muy dura; no porque no se esperara que sucediera, ya que estaba muy anciana y enferma, sino porque se fue una de las mejores del Movimiento Nacional, Popular y Revolucionario. Humilde, buena en todos los sentidos, consecuente sin vueltas, participó en el Movimiento de Derechos Humanos de La Plata desde la dictadura. Aún me parece verla cuando el juicio a Etchecolatz. Pero no es solo por esto que será recordada. Iris era no-docente en los años setenta en la FAU, la Facultad de Arquitectura platense. Una de las facultades más movilizadas por entonces y que más violencia de la CNU (Concentración Nacional Universitaria) soportara. Iris, relacionada con nosotros como peronista que era, sabía que la dictadura estaba ya encima. Y por propia decisión comenzó a destruir legajos y cualquier dato identificatorio de todos los alumnos y profesores que sabía, o intuía, eran militantes de todas las agrupaciones que había entonces. Esta tarea heroica, porque estaba ella ahí, dando la cara, completamente expuesta, permitió que decenas y decenas de compañeros salvaran sus vidas. Aquellos que vivimos ese tiempo, bien sabemos lo que significaba semejante conducta por parte de una compañera. La foto que ilustra este registro es la que le tomaron cuando se recibió de bachiller hace unos años atrás. Yo tuve el honor de haber sido su profesor. Porta la bandera porque fue la mejor alumna. Pero ¿Qué mejor testimonio que se la vea así, con su siempre sonrisa de mujer buena, con los colores nacionales, a ella, una de las mejores hijas de la Patria?