Roberto
Baschetti

Ugarte, Lía Haydée

“Peyi”. Nacida en la ciudad de La Plata un 16 de julio de 1942. Fue la compañera de mi amigo Oscar Luis Viñas, militante del peronismo montonero. En su excelente libro “Los colores del andar” cuenta sobre ella: “A principios de los ’70 resolvimos trasladarnos a mi provincia, Formosa, donde ejercimos nuestras profesiones. Mi compañera, psicóloga clínica, al poco tiempo de llegados ya estaba trabajando en lo suyo. Trabajó en el Hospital Central y fue Vicedirectora de un ambulatorio psiquiátrico. En muy poco tiempo logró un pleno reconocimiento profesional. A la vez que realizaba su trabajo, militaba en la Juventud Peronista”. Ugarte acompañó a su marido al exilio donde este siguió su tarea militante. Y ella que ejercía la docencia dictó clases en un instituto de formación de trabajadoras sociales rurales en Colima, México y luego en la Universidad Nacional de Sinaloa. Luego siguió enseñando en el Distrito Federal mexicano y en Tabasco. De aquella época que va de 1974 a 1979, Luz Rosales Esteva dirá: “Pensar en ‘Peyi’ es remontarse a esos tiempos en México en que fuimos solidarios con nuestros compañeros de Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, El Salvador, Nicaragua, a la vez que analizábamos la realidad de México a la luz del Materialismo Histórico (…) ‘Peyi’ resultó ser nuestra compañera argentina, que a la vez era una maestra del análisis de la realidad, aun en momentos informales y festivos. Sentía profundamente la necesidad de la coherencia entre la teoría y la práctica, entre la vida personal y profesional, le gustaba que la amistad y la palabra ‘solidaridad’ fueran juntas, de la mano (…) Oscar y ‘Peyi’ fueron ambos mis grandes amigos, que ayudaron a muchos jóvenes a entender y comprometerse con la situación política y social del país y a trabajar solidariamente a favor de otras luchas latinoamericanas”. Luego la tarea profesional y militante de Viñas, la depositó a Ugarte con su compañero en África, contratada para la formación de paramédicos. Así fue que durante dos años y medio ella trabajó con entusiasmo y capacidad, participando en la reestructuración del Servicio de Salud en la flamante República Socialista de Mozambique. Con la vuelta de la democracia, ya en Argentina, “Peyi” retoma su tarea docente como colaboradora en la formación de equipos de organización y conducción de cooperativas, mutuales y emprendimientos artesanales. Gracias a contactos políticos nace la Promoción de Desarrollo Popular (PRO.DE.PO.) que la tiene como protagonista en recorrido por diversas provincias. En esa época aparece una revista “Campo Nuevo” que se ubicaba en el espacio ganado por las Ligas Agrarias quince años atrás en el Noreste argentino. El desafío era grande porque aparecía luego de la represión sufrida durante la última dictadura cívico-militar. Dirá Viñas al respecto: “En esta revista también participaron mi compañera y mi hija Graciela. La aparición de este medio gráfico y su distribución en buena parte del país permitió que en algunos sitios se hicieran cursos de formación de cuadros políticos utilizando la red de las Ligas Agrarias. En tal sentido, la entrega militante de mi compañera me enorgullece”. La foto que ilustra esta reseña muestra a la compañera, con su hija Anahí nacida en Mozambique. “Peyi” dejó de existir a causa de un paro respiratorio en Buenos Aires un 25 de marzo de 2003. Una vez terminada esta reseña y publicada, encontré en mi archivo algunas respuestas de ella en la revista “Liberación” N° 4 del 25-11-86. Allí expresa su punto de vista sobre el limitado rol de la mujer en el Estado, en la sociedad y sobre el Movimiento Peronista. Responde así: “La participación de la mujer en el Estado está limitada a algunas tareas administrativas o de secretaria y se impide su promoción para otras labores (…) Sobre el tema del papel en la sociedad cabe preguntarse ¿Para cuál mujer? ¿O es que la mujer argentina debe sentirse realizada porque las señoras Alsogaray y Guzmán están en el Parlamento? Entonces a esta pregunta cabe una sola respuesta: queremos una mujer que luche por el pueblo y codo a codo con el hombre, en un proyecto de liberación y de ruptura de la dependencia (…) Y del Movimiento, las mujeres esperamos que lleve adelante los proyectos inconclusos y que, con vocación de poder, garantice el proyecto histórico del pueblo argentino”.