Roberto
Baschetti

Urunaga, Teodoro

Paraguayo. 28 años. Militante del Movimiento Villero Peronista (MVP) en la Villa 21 de Barracas. Fue secuestrado el 29 de abril de 1976 en Osvaldo Cruz 3590 en la misma Villa. El cuerpo sin vida de Teodoro, fue encontrado en la vía pública (en un callejón), el 6 de mayo de 1976 –en el Parque Centenario frente al Museo de Ciencias Naturales-, tras un simulacro de enfrentamiento, conjuntamente con el de otros dos compañeros: Oscar Alfredo Zalazar y Ricardo Gamarra Ortíz (ambos también paraguayos). Los tres cuerpos presentaban señales de torturas; tenían manos y pies destrozados. El sábado 30 de abril de 2016 se les hizo un homenaje en avenida Iriarte y Labardén, C.A.B.A.; la invitación al mismo terminaba de esta manera: “30.000 compañeros detenidos-desaparecidos presentes. ¡Ahora y siempre!”. Ya seis años antes, el 30 de abril de 2010 una Comisión de DD.HH. de la Villa 21/24 de Barracas les había brindado otro homenaje en la esquina de Osvaldo Cruz y Padre Daniel de la Sierra, bajo el lema de: “Recordamos a quienes caminaron nuestro barrio luchando por una vida digna”. El siguiente texto está tomado del libro “Los Oesterheld” de Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami: “Teodoro era extremadamente organizado. Trabajaba como maestro mayor de obra y al terminar su jornada, destinaba gran parte de su tiempo a mejorar las condiciones de vida en el barrio. Allí tampoco tenían luz eléctrica, cloacas, atención médica ni agua corriente. Sólo funcionaban dos canillas públicas para cinco mil familias. Pero Teodoro estaba especialmente obsesionado con hacer un dispensario que tuviera una puerta de vidrio. Entre tanta madera y chapa, el vidrio era símbolo de un futuro prometedor. Para él que había logrado salir de la extrema pobreza en Paraguay y podía ahora con sus 25 años alimentar a su mujer y a su hija, el futuro siempre sería mejor si mediaba el esfuerzo colectivo (…) llamada peyorativamente ‘la villa de los paraguayos’, los hombres solían trabajar en la construcción o en las fábricas de la zona como los talleres metalúrgicos TAMET, la alimenticia SASETRU o la cementera Alegre Pavimento, y las mujeres, como empleadas domésticas. En la campaña para una junta vecinal, Teodoro fue elegido presidente, Ricardo Gamarra Ortíz, vicepresidente y Oscar Zalazar, tesorero. Acondicionaron una pequeña casilla de madera en la calle Laberdén al 1200, la llamaron Casa Amarilla, y se convirtió en el epicentro del barrio. Allí Vicky Walsh (ver su registro) y otras compañeras daban apoyo escolar a los chicos”.