30 años. Pareja de Mario Rubén Arrosagaray, “Tato”. Como él, militante de Montoneros. Trabajaba en la empresa de los Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires (SEGBA). Afiliada a Luz y Fuerza, delegada gremial. Profundamente católica. Secuestrada-desaparecida en Ezpeleta, provincia de Buenos Aires, el 17 de febrero de 1977, cuando la patota militar cayó a su casa. En la misma acción pudo escapar luego de un tiroteo, “Tato” Arrosagaray. (Ver su registro).