“Tana”. “Gringa”. Nelly Noemí Vázquez de Moresi. Nació el 22 de octubre de 1949 en Corrientes, siendo la primera hija del matrimonio conformado entre Francisco Vázquez (suboficial del ejército) y Ramona Obregón (ama de casa). Debe recordarse que Nelly fue maestra profesora superior de piano y una estudiante universitaria brillante al ser la primera mujer de su Corrientes natal que se recibió como Licenciada en Química a los 21 años de edad. Nelly formaba parte del centro de estudiantes de la facultad de la UNNE y fue tomando compromiso con el pensamiento político de la Juventud Universitaria Peronista (JUP); se la recuerda porque siempre hablaba en los actos y participaba mucho de las asambleas; era además muy alegre y carismática. El 30 de junio de 1973 se casó con su compañero de militancia Pedro Francisco Moresi (ver su registro). Lo hicieron en la Iglesia de Oliva, provincia de Córdoba. Durante los siguientes años militaron en Rosario y en provincia de Buenos Aires. Hacia comienzos de 1976 vivieron en Empalme Villa Constitución integrando la Unidad Básica de Combate San Nicolás-Villa Constitución de la Columna 17 ó también conocida como Paraná. Militante peronista y montonera, pese a su embarazo, logra escapar a un control de rutas en San Nicolás, el 12 de octubre de 1976, al salir de un rastrojero chocado y baleado, para subirse a un colectivo. Sigue su militancia contra la dictadura militar genocida hasta que es detenida junto a su esposo entre el 3 y el 8 de junio de 1977; ella en su domicilio de San Isidro. “Desaparecida” el 29 de enero de 1978 en una comisaría de Bella Vista, provincia de Buenos Aires, también junto a su marido. Pero falta una vuelta de tuerca más: es asesinada dos días más tarde, en Villa Amelia, Rosario, provincia de Santa Fe, el 31 de enero de 1978. Con la vuelta de la democracia, en un acto oficial se impuso una calle con su nombre en los barrios Ponce y Santa Rita de Corrientes. Nelly Vásquez no solo sobresalió por su capacidad sino por su incansable generosidad, cosechando el amor de aquellos que la conocieron y disfrutaron de su amor solidario. Quienes pensaron que, desapareciéndola, la borraban de la historia, se equivocaron una vez más.