“El 21 de febrero, el oficial montonero Alejandro Vega (sic) que realizaba tareas en las proximidades de la fábrica metalúrgica Santa Rosa, en San Justo (Provincia de Buenos Aires), fue sorprendido por un control peatonal desarrollado por la policía de Villa Madero a la salida de los obreros de la fábrica. Ante la imposibilidad de esquivar el control, que se montó sorpresivamente en una calle con gran afluencia de obreros, el compañero Vega hizo fuego sobre uno de los policías matándolo. Otro de los policías abatió a nuestro compañero que transitaba solo y a pie. En primer lugar, destacamos la correcta y heroica reacción de nuestro compañero que se encontraba armado y se resistió al enemigo muy superior en número y armas. En segundo lugar, señalamos una vez más hacia dónde se dirige la represión dirigida por las Fuerzas Armadas: esta represión es contra los obreros, porque ese control sorpresivo se hace en las puertas de una fábrica con el objetivo de atemorizar a los trabajadores y ver si encuentran algún activista; pero nunca se hace en barrios residenciales de las clases dominantes. En San Justo como en todo el país, la policía realiza tareas de punta de lanza contra el pueblo, a las órdenes de los monopolistas y de la cúpula militar. Los llamados ‘servidores del orden’ solo sirven al orden explotador y dependiente, ni por casualidad se equivocan alguna vez y afectan la tranquilidad de los explotadores y entreguistas” (“Evita Montonera” N° 12. Febrero-marzo 1976). Veiga contaba con 22 años al momento de su muerte.