Villamor, Carlos

Sobre este compañero perdido en los repliegues de la resistencia Peronista me cuenta Nicolás Doljanin (vaya a saber cuándo) y de su relato extracto: “Fue el último secretario que tuvo el ´Gordo´ Cooke y murió a principios de los años ’90. Con el ‘Profe’ Villamor (así lo llamaban) nos conocimos los dos militando en Acción Revolucionaria Peronista (ARP) con Alicia Eguren, en la Unidad Básica de la calle Puán del ‘Pelusa’ Carrica y de su mamá Irma, enfermera y antigua compañera de Evita. Eran los días del ‘Luche y Vuelve’. Villamor tendría unos 30 años y yo estaba por cumplir los 20. Durante los años del genocidio cívico-eclesiástico-militar solía venir clandestino una vez por semana a cenar a nuestra casa –también clandestina- de Gascón y Díaz Vélez. Se venía desde Flores donde vivía en la casa de una tía. Lo jodíamos porque de pibe se ligó la poliomielitis aquella, ‘castigo de los pecados de la Segunda Tiranía’ al decir de Monseñor Plaza. Era hijo de políticos profesionales, no de fonderos del Docke; un gran psicólogo, uno de los primeros en recibirse en Argentina y traer el pensamiento de Lacan y yo de antiautoritario prefería el ‘Antiedipo’ de Deleuze (…) La cosa es que cuando nos tuvimos que tomar el buque (buchoneados muy naturalmente por la familiar Derecha Peronista) nos vino a visitar a Brasil y después a México, donde casualidades impensadas de la Historia, he sido el primer asilado bajo la protección del ACNUR. Cuando me fui a El Salvador, a trabajar con otro impresentable local, Salvador Cayetano Carpio y en compañía del Negro Hugo y del Chacho Parafioritti, dos veteranos montos y ex presos que movieron el jujeño Ingenio Ledesma desde las bases al criminal genocida de Blaquier; el ‘Profe’ se fue a Salta donde, paso a paso, introdujo el Psicoanálisis junto a Virginia Galíndez y a su hermana Mora. Después me enteraría, que Carlos Villamor fue uno de los fundadores de las primeras organizaciones de Homosexuales Militantes, junto a Héctor Anabitarte, Manuel Puig y el sinvergüenza de Sebrelli. Mientras tanto Perlongher, el gran poeta de Avellaneda, se aparecía todas las semanas en el Sindicato de Farmacia de Di Pascuale y Ferraresi, por acá cerca, donde le ayudaban a comer y a pagar el alquiler; porque la Gran Masa del Pueblo es así. El primer hilo de esta madeja curricular se lo deberemos a otro compañero de aquellos, también militante de ARP y descendiente de los primeros compañeros de Alem –El Tomás o Tatita- que embarcó al Profe Villamor en un curso sobre Hegel, lo transcribió y conserva ese material; casi un incunable de nuestra generación, hasta hoy día. Lo que no deja de sorprenderme es que Carlos Villamor jamás sacó pecho con ese currículum de masas que ostentaba. Al morir militaba –y se aburría doy fe-, como cualquier otro más, entre la gente de Eduardo Sigal, un gran amigo, por cierto. Detalles humanos de ‘La Generación Trelew’ diremos, dirán, ojalá: ‘La Patria es el otro’. O como dice la compañera Nelly Bignasco de Ensenada: ‘Los comunistas son los peronistas de Rusia’. Digo y pienso todo esto porque en el Partido Comunista de Argentina, en su callada militancia cotidiana, si saben muy bien quien es Carlos Villamor y entre los peronistas de esta ciudad, salvo Horacio González, militante originario de la vecina UB de la calle Neuquén, pareciera que no, pero eso es lo de menos, si siempre ‘semos los mismos’”.