Nació en Jacinto Arauz, provincia de La Pampa, el 24 de julio de 1949. En los ’70 estaba radicado en Bahía Blanca a donde había ido a buscar trabajo. Cuando Hugo Norberto Ardiles (ver su registro) llega a esa misma ciudad, ambos se conchaban como albañiles y comparten trabajo y esparcimientos. Los une una entrañable amistad. Si bien no se les conocía militancia gremial, los servicios de inteligencia los tenían fichados como “izquierdistas pertenecientes al grupo de los hermanos Bustos” en referencia al sector de dirigentes del gremio de la Construcción (UOCRA) ligados a la Juventud Trabajadora Peronista (JTP). En la madrugada del 24 de julio de 1975 –cuando salían de un local bailable- fueron secuestrados por la Triple A local y ejecutados a balazos. Sus cuerpos aparecieron en el empalme de las rutas 33, 35 y 3, en la periferia de la ciudad bahiense, un lugar visible para generar terror. A Orlando lo matan el mismo día que cumple 26 años. Un hermano de Walker recuerda: “En realidad, él y Hugo eran dos tipos muy alegres y unidos; fijate que en el cementerio de Bahía las tumbas de Orlando y de Hugo están juntas, símbolo de que su amistad fue inseparable”. Una siembra de árboles y colocación de marcas y huellas a sus memorias –en la misma Bahía Blanca- ocurrió el 21 de marzo de 2011. Entre los organizadores del homenaje se contaban entre otras, agrupaciones como los Ex Detenidos-Desaparecidos, Familiares, Madres de Plaza de Mayo, la Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA) y el Movimiento Evita.