Esta querida persona y gran compañero, poseedor de una nobleza y una dulzura en el trato sin par, nació el 14 de noviembre de 1939. Su tío abuelo fue anarquista en España y murió asesinado y enterrado en el medio del campo, ya que, por su ideología, no lo dejaron entrar a un cementerio, ni muerto. Vicente, como periodista se destacó en la redacción de la mítica revista “Crisis”, a principios de la década de los ’70 y trabajó en el diario “La Opinión” donde compartía redacción entre otros, con Francisco Urondo y Juan Gelman. Como abogado, fue defensor de presos políticos en el período 1966-1973, teniendo activa participación, en un caso emblemático como fue la Masacre de Trelew por las fuerzas represivas el 22 de agosto del ’72. (Volveré sobre el tema más adelante). Como académico fue profesor titular en la Cátedra de Introducción a la Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (UNPBA) bajo la gestión de Rodolfo Puiggrós. Como poeta y escritor, dueño de una sensibilidad rara y exquisita a la vez, fue autor de varias obras de renombre como “Blues largo y violento en memoria de Néstor Martins” quien fue un abogado asesinado por parapoliciales en diciembre de 1970; “Mater” sobre las Madres de Plaza de Mayo y “Pensamiento de Jacobo Fijman”; éste, un eximio poeta y filósofo internado en un manicomio por 30 años. En la revista “Barrilete”, VZL, publicó los poemas del héroe nacional vietnamita Ho Chi Minh por primera vez en castellano (traducidos a su vez, por el poeta Juan L. Ortiz). Vicente militó en el Peronismo de Base y luego en el ERP 22 de Agosto. Con el advenimiento de la última dictadura cívico-militar, le ponen una bomba en su casa y le allanan la revista; todos sus libros pasan a estar prohibidos. Se exilia en 1977 en Holanda –donde conocerá a su querida pareja Regine Bergmeijer que lo acompañará hasta el fin de su existencia- y regresará al país una vez consolidada la democracia. En el exterior con otros compañeros exiliados conformó la Comisión Argentina por los Derechos Humanos (CADHU) que permitió denunciar públicamente y a nivel mundial las atrocidades que los militares, día a día, hacían en nuestra patria contra la gente que resistía. De vuelta al pago se da el gran gusto de editar, en noviembre de 1989, una obra de su querida y admirada Evita: “Eva Perón hoy. Su vida, su ideología. Una alternativa de liberación”, además de ponerse al frente en la dirección de la revista cultural “Fin de Siglo”. El teatro también fue muy importante en su vida, a punto tal, que otro querido amigo, Horacio González lo designó a Zito Lema como el eslabón perdido entre el teatro propiamente dicho y la poesía argentina. Por suerte no le faltaron reconocimiento a su obra intelectual en vida: Vicente, fue declarado “Doctor Honoris Causa” por las Universidades de Río Cuarto (Córdoba) y la de la Patagonia: en 2014 recibió el Premio “Rosa de Cobre” por parte de la Biblioteca Nacional y fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura y los Derechos Humanos por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires en 2014. Además de tener a su cargo la Cátedra de Arte en el Departamento de Historia de la Universidad Nacional de Avellaneda. Tuve el inmenso honor de que fuera parte de la Mesa que presentó mi libro “Trelew. 1972-22 de Agosto-2022. A cincuenta años de la Masacre”, encuentro que sucedió en el Museo de la Palabra y el Libro, el 25 de agosto de 2022. Se levantó de un post-operatorio para decir ¡Presente! Eso nunca lo voy a olvidar en mi vida. Murió a los 83 años, víctima de un cáncer, el 6 de diciembre de 2022. Asistimos a su velatorio en la Biblioteca Nacional: Ricardo Ragendorfer, Roberto Cirilo Perdía, “El Vasco” Murúa, Carlos Aznares, Norman Briski y yo, entre tantos otros. Allí se repartió un poema inédito de él, que se titula: “Valió la Pena”, toda una definición sobre su vida y su militancia. Ah… me olvidaba… y Vicente no me lo iba a perdonar nunca: fue en vida, un fervoroso hincha de Racing, hasta el caracú.