“Porota”. “Tata”. Nació el 4 de febrero de 1919 en el partido de San Nicolás de los Arroyos, provincia de Buenos Aires. Muy joven comenzó su carrera como profesora de Historia y Geografía en el Colegio Nacional Justo José de Urquiza y en la Escuela Normal Rafael Obligado de San Nicolás, desde 1948 hasta 1955 en que fue cesanteada por el golpe militar setembrino. Su exalumna de entonces, Adela Antokoletz, la recuerda de éste modo: “Fue la mejor profesora que tuve en el secundario, una persona que significó un cambio muy grande para mí. En cuanto cayó Perón, el rector sacó un cuadro ‘del que te dije’ y habló mal de él. Irma Zucchi entró a clase y defendió a Perón y al peronismo en una forma que me conmovió, y eso que yo venía de una familia gorila. Fue una de las lecciones de ética mayores que he recibido en mi vida. Siempre pienso en ella, secuestrada por tipos inferiores, verdaderas porquerías, que jamás podrían entender el valor de esa mujer que se llevaban”. En San Nicolás, Irma militó en la Resistencia Peronista, en la Rama Femenina del Justicialismo y en el sindicalismo a través de la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN). A mediados de los ’60 emigró a La Plata retomando su actividad educativa. Allí integró la Comisión Directiva de la Asociación de Docentes Platenses. Fue rectora del Bachillerato de Bellas Artes de la Plata, donde estudiaron los chicos de “La Noche de los Lápices”. Cuenta su alumno Jorge “Chiqui” Falcone: “Cada vez que comenzaba la clase pedía alterar el orden de disposición de los pupitres con respecto a ella ‘porque nadie debe sentirse más que nadie’. A continuación, proponía un tema y nos instaba a desarrollarlo sin haber estudiado. Razonar le interesaba más que escuchar nombres y fechas. A su lado, mi mundo dejó de dividirse entre buena y mala gente, para polarizarse entre intereses mayoritarios y minoritarios. Y por primera vez de la mano de Fanon escuché hablar de ‘guerras justas’. (…) Irma Zucchi fue una destacada dirigente gremial de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP). Como tantos argentinos de bien, pagó por sus convicciones el precio de la desaparición forzada”. Ocurrió el 17 de noviembre de 1976. Tenía 57 años. Fue vista con vida en el CCD de la Brigada de Infantería de Marina Nº 3 (BIM 3) donde fue salvajemente torturada antes de su asesinato.