Roberto
Baschetti

Unamuno, Juan

“Algunos días después, Jorge (Rulli) y Cacho (El Kadri) aguardaban en la esquina de Dorrego y Cabildo a un compañero que tenía suma urgencia en encontrarse con ellos. El apuro no era exagerado. Se trataba de uno de los integrantes de la organización que pretendía librar un frente guerrillero en el monte tucumano. Aguardaban la llegada de uno de los Uturuncos: Juan Unamuno. Jorge sabía que el compañero había bajado hasta Buenos Aires con la intención de curarse de una enfermedad que había contraído en la provincia del norte. Cuando lo vio avanzar hacia ellos por la avenida Dorrego, se dio cuenta de que estaba mucho peor de lo que él había imaginado. El compañero llegó a paso lento, saludó a los dos amigos y les propuso caminar por avenida Cabildo. Jorge observó que tenía una enorme protuberancia en el cuello. Luego de avanzar unos pasos en silencio, el uturunco les explicó a sus compañeros: ‘La estamos pasando realmente mal allá arriba. Somos apenas un puñado y estamos prácticamente cercados por la policía. No nos quedan víveres y no encontramos ayuda entre la gente del lugar (…) Con respecto a lo mío me vine a hacer ver esto que me salió en el cuello. Parece un tumor. Es una infección que me agarré allá arriba (…) Juan Unamuno no volvió a subir al monte tucumano. Su salud empeoró con el correr de los días y poco tiempo después falleció”. (“El guerrero de la periferia. Biografía de Jorge Rulli”. Juan Mendoza. Del Nuevo Extremo. 2011).